Cuando yo era chiquita, vivía en el campo y allí había
cría de corderos, yo les enseñaba a cabecear para que den topetazos, les daba
un empujón para que ellos me den golpes con su cabeza. Esos cachorros aprendían
muy rápido y no se olvidaban porque después de grandes también daban esos
topetazos.
A los pollitos les
enseñaba con mi dedo a picotearme. A mí me encantaba jugar con ellos.
Lorena Apaza Yucra
1er. C Esc. 3 DE 18
Hace
tres años tenía una perrita llamada
Estrella que la encontré en una plaza.
Era
pequeña, estaba sola, mojada, sin comer nada, ella se acercó a mí, yo la tuve
que adoptar, me encariñé con tan solo
acariciarle. ¡Me dio tanta ternura!
Ella
era de pelo castaño, de ojos claros, un poco chaparrita. También era muy
obediente y traviesa.
Tania Torrejón
Esc. 22 DE 18
Hace varios años mi marido iba mucho a pescar, ¡y se traía cada bicho!. Por ejemplo: teros, pájaros, patos y también tres gansos chicos que los criamos hasta que fueron grandes. mi hija Romina les pegaba un chiflido y salían corriendo a la calle a comer pasto, pero había días que andaban a los picotones.
María Britos
2do C Esc 22 DE 18
Yo
tenía un perro desde los dos meses hasta los doce años, y se perdió. Lo buscamos
por todo el barrio, todos lo extrañamos y nunca más lo encontramos.
Ya hace
cuatro años y siempre miro a todos los perros parecidos, pero nunca más lo encontré
ni vivo, ni muerto.
Lo extrañamos mucho, se llamaba Lobo, era un perro policía.
Irma Casaluti
Esc 22 DE 18
Yo en
esta vida tan infeliz buscaba un motivo para llenar mi vida de alegría. Buscaba
una mascota para poder jugar, para divertirme, cuando de repente vi una casa
que decía: SE REGALAN PERRITOS, me acerque y le dije: -¿por favor señora me puede
regalar un perro?
Me quedé
feliz, me regalaron una perra hembra. No me quejo de nada, la perra era negra,
con manchas marrón y apenas abría sus ojos. A los dos días, la bañé, hacía
frío, temblaba, nos fuimos a mi cama y miramos tele juntos. Empecé a sentir que
mi vida había cambiado, era todo feliz para mí, me acompañaba al colegio, se
sentaba en la puerta de mi aula esperando a que yo salga, luego nos íbamos al
río, jugábamos.
Tenía
que aceptarlo la perrita era muy inteligente, le puse de nombre Perlita porque
era muy especial, era muy juguetona y loca, solo pensaba en jugar y jugar.
Cuando
se acercaban personas extrañas, no las dejaban entrar a la casa, los quería
morder, de repente se acercó un auto a la casa, ella empezó a ladrar en las ruedas,
el conductor lo atropelló, yo me acerqué para verla, pero lamentablemente había
muerto.
Empecé
a llorar, la abracé, no quería largarla, me sentí muy mal.
Todo
había vuelto como antes, me llené de soledad, desde aquel día pasó mi vida
triste y muy mal.
Mi
pensamiento es: nunca voy a volver a tener una mascota como Perlita.
Gustavo Roca Suarez
Esc 22 DE 18
Nélida Gandulla
Esc 7 DE 18
Una vez que se sacaba la leche de las cabras se
juntaba tres o cuatro días. Todos los días se hervía para que no se fermente
porque no había heladera para guardarla, entonces siempre quedaba colgada en un
gancho en la pared de la cocina.
En una de esas se cayó una víbora a la olla por
tomar la leche y se quedó ahí.
En la noche se puso a hervir la leche y…¡salió la
víbora!
Eso le pasó a mi abuela en Sucre Bolivia.
Olga Cruz
Esc 3 DE 11
En el campo de los tíos mi tía Amelia fue a ordeñar
la vaca, mi tío Bienvenido tenía criadero de avestruces cuando nosotros
esperábamos la leche cuando en un abrir y cerrar de ojos vino el avestruz y le
sacó de un golpe sus pendientes. Luego mi tía lo llamó a mi tío, este trajo su
látigo e hizo un golpe con ruido y el ave salió huyendo como el viento y con el
pendiente dentro.
Raquel N
Esc 3 DE 11
Cuando fui al pueblo de mi papá, que se llama Santiago de Machaca, yo estaba en la calle y vi un toro. Me escapé y subí a una pared pero al otro lado de la casa había un perro que me ladraba. Tenía miedo, no me bajé hasta que llegó un tío.
Marcos Antonio Catacoro
Esc 3 DE 11